MITOS, LEYENDAS Y CURIOSIDADES DE SAGUA LA GRANDE

El Yogui de la Plaza

Home
La dama del baile
La capa del cementerio
La momia de Sagua
El barco fantasma
El Güije
La laguna de los Hoyuelos
El Charco La Palma
La leyenda del sábalo
El niño y la virgen
El último pirata en Cayo Cristo
La posa de la vieja trabuco
Los chinos esclavos
La leyenda del Arroyo Ternero
El caballo bayo
Bernardina la comadrona
El Noé de Sagua
La inundación de Carrazana
El esclavo del Purio
La india Sención
El fantasma del hotel
La serpiente marina
Los últimos días de Diego Grillo
Los barcos negreros
La cajita enterrada
El Yogui de la Plaza
La vieja de Jiquiabo
El Nikolis M.
El secuestro de Hemenway
Falsa alarma
El Capitán Nemo de Sagua
El misterio de los restos humanos
La Madre Agua
Los fantasmas de las cavernas
El gato cavernícola
La bruja del Caldero
El manantial de la lechuza
La Virgen de la Cueva
La campana de la suerte
La Cueva del Mono
El jinete sin cabeza
Piratas en el Mogotes
El Baul pirata
Las golondrinas de la Virgen
El viejo pueblo indio
Los majases de Ciriaco
La Costa de Oro
La canoa aborigen
Las palmitas endémicas
Cárcel sin presos
Carrito de las carnes
El Garrote Vil
El fantasma del Mausoleo
De la Gloria al Infierno
La cencerrada
Los noctábulos de Chuchú
Papá Montero
El Conde y la Reina
Chivos en la Corte
Comparación mediocre
El Farero y el Presidente
La enanita en Sagua
El Dr. Vaquez y la Chirimoya
Las Marionetas
Aterrizaje en la playa
La rata incapturable
-

tt-yogui_sagua-1920.jpg

______________________________________________________________________________________________________

EL  YOGUI  DE  LA  PLAZA DE SAGUA

      La Plaza del Mercado de Sagua La Grande era un centro de comercio muy concurrido debido a los numerosos puestos de frutas, vegetales, viandas, carnes, pescados  y mariscos. Todas las mañanas la población se volcaba hacia allí y el enorme bullicio era ensordecedor. Pero había solo una persona que le molestaba aquella estridente muchedumbre.

 

Allí se pregonaban las ventas de todas las formas posiblesm se gritaba, se ponían carteles,  y fue curiosidad en la década de 1920 la presencia de un abstraído faquir que sentado en posición de loto sobre una de las mesetas de mármol, se comía todo un racimo de plátanos sin detenerse en medio de una muchedumbre que apostaba en favor o en contra de tan difícil tarea.

 

El meditativo yogui, sin prestar atención al bullicio, aumentaba cada día su meta bananera y hasta llegó a incorporar alimentos extras como queso  y “pequeños saladitos” para  así calmar su voraz hambre”, pero no se detenía nunca, nadie lo vió jamás haciendo un paréntesis o algún truco, siempre masticaba un plátano detrás otro, alguna fruta u otro alimento, lo cual despertaba el apetito entre los compradores allí presentes.

 

Excelente anuncio comercial y forma simple de ganar dinero alimentándose.

 

Para ampliar sobre cada caso:
 ARCHIVO SABANEQUE
 
 
Del libro: "Mitos y Leyendas de Sagua La Grande" de Pedro Suárez Tintín
Copyright Tintin Collection 1998