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Allá
por el año 1880 se corrió la voz en Las Jumaguas de que había un hombre completamente peludo viviendo en una de las cuevas del Mogote .Algunos guajiros que recorrían el trillo sur de la cordillera lo
veían cada mañana asomando su enorme cuerpo por una gruta al Este de la Cueva del Agua y salían espantados en sus caballos
“como alma que lleva el Diablo”.
Esta caverna, en lo alto de la loma, es la única que
puede divisarse en la distancia debido a la blancura de sus rocas a diferencia de las demás siempre ocultas por la tupida
vegetación lo cual hacía que muchos testigos más alejados del área también pudieran verlo en ocasiones, siendo esta cantidad
de reportes la prueba definitiva de su existencia real quedando solo la discusión de si se trataba de un simio o aquello era
en realidad un ser humano.
Algunos testigos le habían visto golpeando su pecho como lo hacen los gorillas africanos
y hasta caminar en sus cuatro patas lo cual lo alejaba un poco de la humanidad, pero otros insistían en que se trataba de
un perfecto hombre peludo como traído de la edad de piedra.
Sin duda alguna la riqueza imaginativa de nuestros campos
del siglo XIX daban el toque mitológico tan necesario en esta alejada geografía sin teatros ni bibliotecas donde los prodigios,
apariciones y curiosidades contituían, no sin temor, su mayor atracción.
Eran los tiempos que en Sagua se inauguraba
el ferrocarril a Jumagua y algunos de los obreros de la vía férrea llevaron la extraña noticia a la ciudad donde inmediatamente
fue publicada por algunos periódicos locales siendo por tanto “El Cuadrumano del Mogote” la sensación de aquellos
tiempos.
Esta, entre otras interesantes anécdotas, fueron rescatadas del olvido por nuestro equipo de exploraciones
que durante la década de 1970 visitó el hogar de viejos vecinos del área de los Mogotes de Jumagua para así registrar cuidadosamente
el rico folklore de tan fascinante región del centro de Cuba, naciendo así la Jumaguología y convirtiéndonos nosotros en los
primeros Jumaguólogos.
Aún hoy los jóvenes Jumaguólogos buscan el esqueleto del “Mono” que por allí habitó
en su tiempo, pero, ¿Existirá en materia o solo se trató de un habitante de la portentosa imaginacón?.
En este caso,”buscarlo
es más importante que hallarlo”…
Localización: Loma # 5 (W-E) o Loma del Mono.