LA LEYENDA DEL SABALO
(Recopilada en 1940 por los alumnos del Instituto de
Sagua la Grande)
Sagua La Grande es una población pródiga en leyendas, una
de las más conocida es la del “Charco del Sábalo”.
El caudaloso río
Sagua tiene su parte más profunda al comenzar la calle Colón, antiguamente calle Real, y era aquella parte profunda del río
la que los antiguos sagüeros llamaban “charco del sábalo”.Entre ellos había la creencia de que allí habitaba un
sábalo de grandes dimensiones; muchos pescadores que lo vieron le calcularon un tamaño y peso enorme.
Era un pez que no intentaba hacer daño,jamás hizo mal a
nadie y cuando estaba cerca de la orilla o en la superficie del río y se aproximaba algún hombre o animal, el ruido de las
aguas denunciaban que un cuerpo de gran peso se revolvía en ella, y lentamente se alejaba, calmándose las aguas.
Durante el día se ocultaba en la oscuridad que proyectaban
los güines que crecían espesos en la orilla del río,o debajo del cantil que tenía el charco en su parte más profunda.
Aseguraban los vecinos que de noche se oían grandes bufidos
que daba el animal al salir de las aguas.
Cuando perseguía la lisa u otro pez,parece que para alimentarse,y
se acercaba a la orilla, por el paso del “paso real”, la ola o marejada que levantaba en las aguas, era sorprendente.
Varias personas intentaron pescar al sábalo, pero él no
les hacía caso a la “carnada” que le tiraban, y un día un pescador famoso, y gran nadador sagüero, llamado Pepe
Artigas, se propuso pescarlo,pero con un arpón, y cuando lo tuvo al alcance de su poderoso y certero brazo,el taimado sábalo
le dió un coletazo al agua, empapando al pescador, y lo único que éste pudo lograr,fue arancarle una gran escama,que era del
tamaño de un plato pequeño.
Parece que con el transcurso de los años,el sábalo,aprovechando
una de las crecidas del río se fue al mar,y no se le vió más, y el único recuerdo que se guarda de esta leyenda es el nombre
que se le dió a ese lugar del río: ”El Charco del Sábalo”.
Hasta aquí lo recopilado por los estudiantes del Instituto,
pero debemos agregar que las tallas de los sábalos en el río Sagua La Grande son algo anormales si se compara con las de otros
ríos de la región Sabana y Sabaneque según afirman los pescadores fluviales.Yo recuerdo en 1973 ó 74 la imágen de Juan, un
pescador residente en la calle Solís entre Brito y Gonzalo de Quesada , salir
del Charco La Palma con un enorme sábalo a sus espaldas que arrastraba la cola por la calle y detrás de él corrían gran cantidad
de muchachos no ocostumbrados a ver semejantes tamaños en nuestro pequeño río.En la actualidad estas poblaciones
de sábalos ya comienzan a disminuir.