EL BARCO FANTASMA
Algunos pescadores actuales lo han visto.Se trata de un
viejo galeón español en muy mal estado pero aún con todo su velamen y aparejos erectos; de ahí que los pescadores y marineros
afirmen que este barco está atrapado en algún sitio y se desprende ocasionalmente con las tormentas.
Lo vió por primera vez Don José Beltrán, pescador natural
de Corralillo, que en 1867 había arribado por unos días de mal tiempo a Bahía de Cádiz donde el torrero muy amablemente le
acotejó unos camastros a él y sus 3 amigos en un ricón del majestuoso Faro para que esperaran el buen tiempo y pudieran continuar
su fatigosa faena de pesca.
Era un mediodía oscurecido por la tempestad y todos, incluyendo
el farero, dormían profunmente la soporífera siesta de truenos, pero Don José inquieto por su negocio de pesca observaba las
furiosas olas desde lo alto de la torre como esperando que de un momento a otro se detuvieran ;ya todo el día anterior
y la noche completa habían tenido la misma intensidad de vientos.Cabeceaba medio hipnotizado por la monotonía del escenario
cuando de pronto vió una voluminosa estructura que avanzaba en la misma dirección del viento oeste muy cerca de ellos lo cual
le hizo despertar completamente y poniéndose de pie abrió bien los ojos para estar seguro de lo que veía. Aquello era un barco,
no cabía dudas, y estaba peligrosamente muy cerca de la orilla por lo que debía
alertar al farero de lo que estaba ocurriendo.
Bajando a la velocidad de un rayo despertó a todos con sus
gritos e inmediatamente los cinco subieron al domo superior desde donde aún se observaba el extraño barco avanzando muy lentamente
hacia occidente.
Es
muy raro- dijo el farero- tiene la figura de un galeón muy antiguo y sus velas están izadas; dentro de ese barco no puede
haber nadie pues ningún capitán sería tan negligente.
Pero
también es raro su lentitud con tanto viento- agregó el pescador- y sus velas apenas están hinchadas, parece un barco a la
deriva…
O
es una visión- ripostó otro de los pescadores…
Todos se miraron con cierto aire de espanto.Habían escuchado
viejos relatos de mar hablando de barcos fantasmas pero como viejos pescadores de experiencia, nunca lo habían creido; ahora
se encontraban ante un fenómeno que no podia tener otra explicación.Un barco muy cerca de la costa ,en medio de una tempestad,
con el velamen activo y sin ninguna actividad humana visible ya se habría estrellado contra las salientes rocas de la orilla.
No existía lógica en aquel extraño evento;además un galeón no era barco para navegar en esta época…
De pronto la rara nave comenzó a girar lentamente hacia
el norte, giro que aprovechó el farero para escrutarla con más detalles con su potente catalejo por su parte posterior. Enfocando
el cristal hacia la popa, pudo admirar un rico y complejo decorado de sus maderas, obra de arte admirable, pero lo que más
le llamó la atención fueron unos grandes caracteres rojos que decían “Santa Lucía”, !El barco tenía nombre, su
identidad lo hacía más real!. En medio del oscuro velo de la borrasca, el navío fue desapareciendo como tragado por el diluvio…
Esa es la estraña historia
que contaba frecuentemente el viejo lobo de mar Don Pepe Beltrán cuando
fue a vivir su retiro a Sagua La Grande en 1885. El barco fantasma se ha seguido viendo hasta los tiempos actuales por testigos
vivientes. Pero de su boca también quedaron otros relatos de mar que le habían sido transmitidos por el farero del Cayo Bahía
de Cádiz y otros amigos del océano.